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Máquinas de reciclaje en Pekín

Hoy en día se encuentran cada vez más formas de introducir el reciclaje  en la vida diaria de las personas para impulsar el pensamiento ecológico.

China se adelantó en materia de ecología, pues invirtió en un proyecto para incentivar el reciclaje y mejorar los hábitos de la población de forma directa: más de 100 máquinas por toda la ciudad de Pekín, especialmente diseñadas para recoger botellas de plástico y retribuir el dinero del valor del material a cambio.

Los dispositivos, colocados en cada estación de metro en la ciudad de Pekín, reciben botellas de plástico vacías, las escanean para descifrar el valor del material y expiden a la persona crédito que se puede utilizar tanto para el transporte público como para el celular. Por cada botella de plástico que coloquen en la máquina, las personas obtendrán entre 5 fen y 1 mao (aproximadamente 15 centavos de dólar).

Aunque se ha discutido que entregar algo a cambio no es la mejor forma de incentivar el reciclaje, pues las personas no lo realizan por la voluntad de ayudar sino por la ganancia, la verdad es que el ejercicio de reciclaje se ha hecho mucho más popular. El objetivo de esta medida era promover este hábito y ciertamente se está logrando.

Fuente – La Red 21

¿PUEDE MAS LA COSTUMBRE QUE EL VALOR?

¿PUEDE MAS LA COSTUMBRE QUE EL VALOR?
– Bolsas Ecológicas llenas de conciencia –

 

Con mayor frecuencia observamos en la calle personas utilizando bolsas de tela, bien sea para ir de compras o para trasladar objetos de un lugar a otro. Esto nos lleva a pensar que existe algún factor que está promoviendo su uso.
¿Podría ser una “moda verde”, simple comodidad o existe alguna causa más profunda o emocional que está cambiando el comportamiento ciudadano en Venezuela?


Desde hace algunos años se escucha en nuestro país con más cuidado a las organizaciones ecologistas, movimientos ambientalistas, colectivos de arte reciclado;  al menos una vez a la semana podemos escuchar, leer o hablar sobre caminatas, batidos verdes, comida sana, “fitness” o recolección de tapas, esto es un claro reflejo de que nuestra sociedad se está uniendo a la tendencia global de los llamados “Consumidores Verdes” y que está despertando la conciencia ecológica y la preocupación por el ambiente.

Nuestro planeta a nivel general tiene graves índices de deterioro, el efecto invernadero, la polución, fuertes sequías y más. La contaminación generalizada es un tema principal en muchos países, uno de los puntos más discutidos es la problemática generada por el uso indiscriminado de bolsas plásticas. Estas se han prohibido en algunos países, existen impuestos de uso en otros; en Venezuela ya vemos ordenanzas como la del Municipio Carirubana (Estado Falcón) y Municipio Chacao (Estado Miranda) que regulan el uso de las bolsas plásticas. Son pequeñas luces que hacen pensar que Venezuela se unirá  dentro de poco a lo que el planeta necesita: menos basura y menos bolsas plásticas. La naturaleza no puede degradar millones de toneladas de desechos plásticos que la población mundial genera pues tardan entre 100 a 500 años para descomponerse en pequeñas partículas tóxicas que son ingeridas por animales marinos y jamás vuelven a formar parte del ecosistema, contaminando en su proceso degenerativo el aire, los suelos, el agua y causando miles de muertes de animales.

Muestra de ello es el llamado “Nuevo Continente” isla de desechos que comienza a unas 500 millas náuticas de la costa de California y cruza el Pacífico norte, llegando más allá de Hawái e incluso hasta cerca de la costa de Japón.
Su extensión es realmente impresionante: dos veces el tamaño de la parte continental de Estados Unidos. Es el vertedero de basura más grande del mundo, esta isla se mantiene en su lugar girando debido a las corrientes submarinas, en la zona del Pacífico Norte las aguas giran lentamente en el sentido de las agujas del reloj dando lugar a esta acumulación. Esta gigantesca masa permanece flotando como una isla de basura, está compuesta de residuos y pesa más de 4 millones de toneladas -el 80% de plástico-. La densidad de los restos flotantes aumenta dramáticamente año tras año. ¡Increíble! ¿Cierto?

Curtis Ebbesmeyer, un prestigioso oceanógrafo, compara el vórtice de basura como a un ser vivo, es –según explica- como un gran animal sin correa. Cuando el animal se acerca a la tierra (como lo hace en el archipiélago de Hawái) los resultados son dramáticos, puesto que deja las playas totalmente cubiertas de este “confeti” de plástico. Alrededor del 70% de la basura acaba contaminando el fondo de los océanos.

Otro grave problema es que los plásticos actúan como una especie de “esponja química”, concentrando la mayor parte de los contaminantes tóxicos en los océanos. Los animales que consumen estos materiales contaminados los transfieren a lo largo de la cadena alimentaria, con los riesgos que ello implica.

Los activistas que luchan por la protección del medio ambiente advierten que a menos que los consumidores reduzcan el uso de plásticos desechables, la sopa de plástico se duplicaría en su tamaño durante la próxima década.

Una de las marcas venezolanas más comprometidas con la concienciación ambiental es         E-Bags Bolsas Ecológicas, firma con sello carabobeño y calidad de exportación quienes desde 2009 trabajan atendiendo a todo el territorio nacional, comercializando bolsas de tela no tejida, alternativa económica y cómoda para reducir y sustituir el consumo de bolsas plásticas y por ende sus consecuencias altamente negativas.

La marca tiene una imagen con impacto: llamativa, colorida y alegre, pero con un trasfondo repleto de compromiso y valores sociales. Con su lema  “Sé Parte de La Solución” invita al consumidor a participar activamente cambiando sus hábitos y promoviendo conciencia ambiental y ciudadana. Además de comercializar 16 modelos estandarizados de bolsas, fabrican medidas específicas, ofrecen material publicitario en cartones y papeles reciclados, jabones biodegradables; una nueva forma de mercadear las ideas verdes y con menos impacto para el planeta.

Las Bolsas de E-Bags están fabricadas con costuras reforzadas, son lavables y tienen una vida útil de al menos 2 años, personalizables, muy ligeras. Esto indica que: por cada bolsa ecológica que usemos para sustituir las plásticas podríamos restarle a la basura al menos 600 bolsas al año. Es muy interesante observar las estrategias de esta marca orgullosamente venezolana, porque está aliada con movimientos ecológicos y organizaciones no gubernamentales como: MESAM (Movimiento Ecológico Salvemos al Mundo Venezuela) Venezuela Verde, FUNVIVE  (Fundación Internacional Vida Verde) y ONG Vitalis, además de colaborar activamente con fundaciones y tener planes de financiamiento y descuentos especiales para ellas.
En su página web y redes sociales siempre activas, se dedican a promover conciencia ambiental y ciudadana en todos los aspectos de nuestra vida utilizando el “hashtag” #EducaConEjemplo y brindando a sus visitantes tips ecológicos e ideas para reducir, reciclar y reutilizar (Principios del consumidor responsable)
“Con esfuerzo sostenido e incansable afecto e ilusión, trabajamos en nuestro país  para mejorarlo, porque creemos en él y en su gente”  “Nuestras alianzas comerciales crean oportunidades de integración y de trabajo compartido generando crecimiento para ambas partes. Es la unión entre empresas para conseguir un objetivo común: La Conciencia Ciudadana. Un cambio de hábitos y de actitud. Creemos que en la unión está la fuerza y en la constancia, el éxitonos comenta la Directora de la marca.

Hace pocos meses fue publicado un trabajo desarrollado por la Fundación Tierra Viva en alianza con Botiquería “Bolsas Plásticas: Un problema nada ligero” muy completo e interesante con datos recabados por sus desarrolladores sobre Venezuela y las opciones que tenemos para lidiar con el problema que generan las bolsas plásticas. En este trabajo se plasman opciones a poner en práctica como: sustitución de bolsas, prohibición de uso, impuesto al usuario, impuesto al comercio, promoción de bolsas reutilizables y promoción del reciclaje. Pero las medidas más importantes son las que estén articuladas con políticas públicas y con estrategias de educación ambiental y conciencia ciudadana a fin de garantizar acciones efectivas y éxitos que beneficien directa e indirectamente, en lo social, lo ambiental y lo económico a todos los ciudadanos.

 

Esperamos que todas estas iniciativas den sus frutos próximamente ya que nos veremos beneficiados todos los venezolanos, también concluimos que es muy importante el aporte que realizan marcas con E-Bags Bolsas Ecológicas y organizaciones ambientales que trabajan  muchas veces en silencio aportando a nuestro ambiente y educando con ejemplo. Estas semillas cargadas de valores, conciencia y ciudadanía ya están germinando, los resultados podemos observarlos en nuestro día a día, en actividades y conversaciones que con más frecuencia escuchamos y palpamos.

Cuando vea a alguien utilizando una bolsa ecológica en la calle o rechazando alguna, recuerde: hay mucha gente trabajando tras estas acciones, cambiando su estilo de vida y hábitos de consumo, cada vez son más las personas que despiertan ante la necesidad mundial de darle un respiro al planeta. Piense en la “Isla de Basura” y hágase esta sencilla pregunta: ¿Realmente necesito la bolsa?

Lo invitamos a contribuir y a ser parte de la solución.

www.ebags.com.ve
Twitter e Instagram @ebagsve
Facebook: E-Bags Bolsas Ecológicas

Centros de Recolección – Ecoclick – Caracas

Para los que viven en Caracas: La gente de Ecoclick sigue haciendo jornadas de reciclaje, sin embargo existen varios puntos de reciclaje permanente en la ciudad.

http://goo.gl/6ajrD

Condiciones de los residuos a recibir:

Si nos ayudas a que los residuos tengan estas condiciones, el proceso de recolección y reciclaje será más rápido y eficiente.

 

Aluminio (Aplástalo para mejor almacenamiento)

: latas de refresco, latas de soda, latas de aguakina, latas de jugos, latas de té frío, latas de malta, latas de cerveza.

No: papel de aluminio, envases desechables de aluminio, latas de comestibles como atún, leche, guisantes, etc. (no son de aluminio)

 

Plástico Sólo los que están marcador en el inferior con los números 1 y 2 dentro del símbolo de reciclaje (Aplástalo para mejor almacenamiento)

: botellas de agua potable, botellas de refresco de cualquier color, botellas de bebidas energizantes, envases de artículos de limpieza, bolsas plásticas de cualquier color.

No: platos, vasos y cubiertos, envases desechables, pitillos, bandejas de anime (charcutería), bolsitas de dulces y chucherías, discos, radiografías.

 

Aceite Verterlo en envase plástico, resistente, con tapa de rosca.

: aceite de frituras, aceite de las latas de comestibles com atún, sardinas, etc.

No: aceite de carros y maquinarias.

 

Papel No pueden estar mojados, engrasados o pintados (acrílico, aceite)

: papel archivo, libretas y cuadernos con grapas y espiral, papel de propaganda, carpetas de manila (sin gancho), sobres (si tiene ventana, quitarla), directorios telefónicos, cartón corrugado (marrón), cajas de medicamentos, tubos de papel absorbente e higiénico.

No: papel plastificado, papel celofán, papel encerado, calcomanías, fotografías, cartones de huevo, tetrapaks de leche / jugo / vinos, envases encerados de jugo.

 

Pilas

– Ponerle teipe o tirro en el polo +

 

¿Cuánto puede durar la basura al aire libre?

¿Cuánto puede durar la basura al aire libre?

1 año: El papel, compuesto básicamente por celulosa, no le da mayores problemas a la naturaleza para integrar sus componentes al suelo. Si queda tirado sobre tierra y le toca un invierno lluvioso, no tarda en degradarse. Lo ideal, de todos modos, es reciclarlo para evitar que se sigan talando árboles para su fabricación.

5 años: Un trozo de chicle masticado se convierte en ese tiempo, por acción del oxígeno, en un material duro que luego empieza a resquebrajarse hasta desaparecer. El chicle es una mezcla de gomas de resinas naturales, sintéticas, azúcar, aromatizantes y colorantes. Degradado, casi no deja rastros

10 años: Ese es el tiempo que tarda la naturaleza en transformar una lata de gaseosa o de cerveza al estado de óxido de hierro. Por lo general, las latas tienen 210 micrones de espesor de acero recubierto de barniz y de estaño. A la intemperie, hacen falta mucha lluvia y humedad para que el óxido la cubra totalmente.

10 años: Los vasos descartables de polipropileno contaminan menos que los de poliestireno -material de las cajitas de huevos-. Pero también tardan en transformarse. El plástico queda reducido a moléculas sintéticas; invisibles pero siempre presentes.

30 años: Los envases tetra-brik no son tan tóxicos como uno imagina. En realidad, el 75 % de su estructura es de a (celulosa), el 20 de polietileno puro de baja densidad y el 5 por ciento de aluminio. Lo que tarda más en degradarse es el aluminio. La celulosa, si está al aire libre, desaparece en poco más de 1 año.

30 años: Lacas y espumas son algunos de los elementos más polémicos de los desechos domiciliarios. Primero porque al ser un aerosol, salvo especificación contraria, ya es un agente contaminante por sus CFC (clorofluorocarbonos) Por lo demás, su estructura metálica lo hace resistente a la degradación natural. El primer paso es la oxidación.

30 años: La aleación metálica que forma las tapitas de botellas puede parecer candidata a una degradación rápida porque tiene poco espesor. Pero no es así. Primero se oxidan y poco a poco su parte de acero va perdiendo resistencia hasta dispersarse.

100 años: De acero y plástico, los encendedores descartarles se toman su tiempo para convertirse en otra cosa. El acero, expuesto al aire libre, recién comienza a dañarse y enmohecerse levemente después de 10 años. El plástico, en ese tiempo, ni pierde el color. Sus componentes son altamente contaminantes y no se degradan. La mayoría tiene mercurio, pero otras también pueden tener zinc, cromo, arsénico, plomo o cadmio. Pueden empezar a separarse luego de 50 años al aire libre. Pero se las ingenian para permanecer como agentes nocivos.

100 a 1.000 años: Las botellas de plástico son las más rebeldes a la hora de transformarse. Al aire libre pierden su tonicidad, se fragmentan y se dispersan. Enterradas, duran más. La mayoría está hecha de tereftalato de polietileno (PET), un material duro de roer: los microorganismos no tienen mecanismos para atacarlos.

Más de 100 años: Los corchos de plástico están hechos de polipropileno, el mismo material de las pajitas y envases de yogur. Se puede reciclar más fácil que las botellas de agua mineral (que son de PVC, cloruro de polivinilo) y las que son de PET (tereftalato de polietileno)

150 años: Las bolsas de plástico, por causa de su mínimo espesor, pueden transformarse más rápido que una botella de ese material. Las bolsitas, en realidad, están hechas de polietileno de baja densidad. La naturaleza suele entablar una «batalla» dura contra ese elemento. Y, por lo general, pierde.

200 años: Las zapatillas están compuestas por cuero, tela, goma y, en algunos casos, espumas sintéticas. Por eso tienen varias etapas de degradación. Lo primero que desaparece son las partes de tela o cuero. Su interior no puede ser degradado: sólo se reduce.

300 años: La mayoría de las muñecas articuladas son de plástico, de los que más tardan en desintegrarse. Los rayos ultravioletas del sol sólo logran dividirlo en moléculas pequeñas. Ese proceso puede durar cientos de años, pero desaparecen de la faz de la Tierra.

Más de 1.000 años: Tiempo que tardan en desaparecer las pilas.

4.000 años: La botella de vidrio, en cualquiera de sus formatos, es un objeto muy resistente. Aunque es frágil porque con una simple caída puede quebrarse, para los componentes naturales del suelo es una tarea titánica transformarla.